En esta nota a cerca de La fatiga muscular, no solo te explicaremos los factores que la producen, sino como evitarla y controlarla.
Profesor: “Fuerza!Solo una repetición más!!”
Alumno: “…No, no puedo hacerlo!”
Dr Marcelo H de Andrade Bueno
CRM 94.034 y VREF 4.220
Cuántas flexiones consigue hacer? Cuántos kilómetros consigue correr? Cuantos abdominales? Etc. Estas preguntas debe haberlas escuchado. Pero cuando un músculo entra en fatiga, por mas motivados que estemos, llega un momento en que no podemos conseguir hacer ninguna repetición más. El músculo simplemente se “traba”. Por qué? Cuanto más entendemos los mecanismos que causan la fatiga muscular, más conseguiremos evitarla, controlarla o por lo menos aliarla.
Analizando las medidas instantáneas de la velocidad de corredores olímpicos de los 100mts llanos, se llega a la conclusión que la diferencia entre el primero y el segundo en este tipo de prueba es que el primero consigue mantener la velocidad máxima por más tiempo que el segundo. Osea, sus músculos consiguen andar en algunas fracciones más de segundo sobre la perdida de potencia de los mecanismos fisiológicos de la fatiga muscular.
Uno de los principales mecanismos es la acidosis metabólica, si, eso mismo, aquella sensación de “quemazón” del músculo exhausto.
La fatiga muscular
La fatiga muscular aguda no depende solamente del agotamiento de nutrientes, también de la acumulación de residuos de las reacciones químicas durante la producción de energía. Los vasos sanguíneos son las estructuras que llevan el combustible (nutrientes) y el oxígeno hasta el músculo y también permiten la remoción y transporte de los productos residuales de estas reacciones, especialmente el gas carbónico (CO2) y el hidrógeno libre(H+). Es fácil concluir que un buen sistema cardiovascular es importantísimo para la producción de la energía celular y para mantener el equilibrio metabólico.
Imagine el músculo como una ciudad con grandes avenidas (arterias), calles (arteriolas) y pequeños pasadisos (capilares). Ahora, imagine una ciudad con varias calles inaccesibles, sin limpieza básica y sin recolección de basura. Un verdadero caos, no? Esta es la situación de algunas ciudades y también de algunos músculos sedentarios. Con el entrenamiento físico regular, las calles menores se transforman en asfaltadas (músculos capilarizados), limpias y accesibles.
Músculo y entrenamiento
El músculo es un tejido que sufre las adaptaciones más notables de nuestro organismo. El solo necesita estímulos regulares, persistentes y bien dosificados. Para aliarse a la fatiga, es interesante que la actividad muscular esté en un ritmo moderado y equilibrado para que el metabolismo consiga recuperarse entre una contracción y otra. Así ocurre con el corazón. La musculatura es tan especializada y adaptada al trabajo continuo, que la célula se recupera totalmente en menos de un segundo entre un latido y otro.
Pero para crear una adaptación es necesario exigir un esfuerzo… una sobrecarga al sistema. Llamamos a eso entrenamiento. Existen un sin número de estrategias de entrenamiento. Cuando tu Instructor pide una repetición más, y una mas… y solo una más…. Está aplicando este principio básico del entrenamiento y provocando modificaciones en su organismo que lo llevaran a ser más eficiente, más fuerte, más flexible y más resistente a la fatiga.
Entrena con garra, con convicción y disciplina… en la última repetición, vale hasta gruñir y hacer cara fea, pero no vale balancearse ni jugar con la carga para conseguir llegar a terminar la serie. En esta hora vale más el empeño que el desempeño. El mayor secreto para conseguir hacer aquella última repetición es la REGULARIDAD de los estímulos. Sea regular, haga como su corazón, encuentre su ritmo y no pare nunca más.
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